FUE HALLADO JUSTO Y HALLÓ GRACIA
¿A cuál de los santos te volverás para invocar
su nombre?
NOÉ (Primera Parte)
En esta ocasión estaremos considerando a NOÉ, otro de los
santos del Antiguo Testamento cuyo nombre significa Consolación (Hitchcock’s Bible Names).
Génesis 5:29- 9:29
Este pasaje bíblico que
popularmente ha sido motivo para controversias y comentarios contiene entre sus
líneas uno de los testimonios más loables que Dios haya dado acerca de hombre
alguno. Dios le dijo a Noé porque a ti he visto justo delante de mí en esta
generación (Gén. 7:1 RV1960). Y es que esto de ser hallado justo por Dios
es algo digno de ser mencionado. Es verdaderamente una gran noticia,
especialmente en un momento cuando se determinó la extinción de la raza humana.
Tres acontecimientos sociales
acaecían y conllevaban a una
consecuencia fatal. Uno fue la degeneración
moral y la conformidad con el mundo de los llamados “hijos de Dios,” otro,
la existencia de una administración de gobierno por la fuerza, que se impone y
quiere congraciarse con sus ciudadanos; y finalmente el desenfreno moral de una
sociedad gobernada por maleantes.
Nótese que el texto dice 1) que
los hijos de Dios “tomaron para sí mujeres,
escogiendo entre todas.” A este respecto, hay quienes sostienen que los
supuestos “hijos de Dios” eran ángeles caídos que tuvieron relaciones sexuales
con las mujeres y que de ellos se generaron los “gigantes de la tierra.” ¡Qué
impresionante! ¿Cierto? La naturaleza misma, declara por sus hechos, que cada
especie se reproduce por elementos de su misma especie; y el ser humano se
procrea mediante la unión de un hombre y una mujer. Así pues, estos hijos de
Dios fueron hombres en los que se suponía debió haberse hallado temor de Dios en
sus corazones pero se conformaron al mundo de entonces y tomaron para sí mujeres,
escogiendo entre todas y les engendraron hijos de carne y hueso como todos los
demás hombres sobre la tierra. Ahora, si cada uno hubiese escogido una mujer
para tomarla como esposa, seguramente la simiente de los justos se hubiera
mantenido firme como sí lo fue en el caso de Noé.
Luego 2) que “había gigantes en la tierra
en aquellos días y aun después de que (la moral de los hijos de Dios se
degenerara). Estos “gigantes” los identifica el mismo texto de la Escritura
cuando dice que estos fueron los
valientes que desde la antigüedad fueron VARONES de renombre (6:4). Al
leerse el texto, y mediante la ayuda del diccionario del hebreo bíblico, puede
cualquier persona constatar que los términos “gigantes” se traduce como
“tiranos y matoneadores” y el término “valientes” se traduce como poderosos.
Por ello es que el texto dice que había violencia sobre la tierra. Y al igual
que entonces, hoy, son innumerables los tiranos y valientes que se imponen ante
la sociedad por medios que amenazan la paz y la tranquilidad de los pueblos.
¿Hemos oído sobre la guerra de los carteles de la droga? ¿Dictaduras militares?
¿Células terroristas? ¿Atentados contra la seguridad pública? ¿Amenazas de
muerte? ¿Leyes impuestas para favorecer a unos pocos? Hoy siguen existiendo los
llamados “gigantes sobre la tierra.” ¿Necesita que mencionemos a uno de estos?
Estos fueron, dice la Biblia muy claramente, que eran varones de renombre tal cual los hay y existen hoy. 3) que “la maldad de los hombres era mucha sobre
la tierra.” Unas condiciones sociales
muy parecidas a las actuales (2015 DC) y que no necesitan mayor explicación.
Precisamente, en el capítulo 24
del evangelio de San Mateo, donde se menciona la venida del Hijo del Hombre, es
que Jesucristo dice que las condiciones sociales del mundo serían “como en los
días de Noé.” Y para cerrar el cuadro degenerativo de la moral del ser humano,
en aquel entonces, Génesis 6:5 señala que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos, era de continuo solamente el
mal. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de
violencia (6:11).
En una generación como la
descrita anteriormente, un hombre fue capaz de guardarse sin mancha y sin
dejarse arrastrar por la corriente del mundo y del tiempo en el cual vivió. No
cedió a la tentación de tomar para sí mujeres; sino que formó un hogar en
conformidad con lo que ya Dios había establecido por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer y los dos serán una sola carne (Gén. 2:24). Y como en este ejemplo, hay otras conductas, costumbres e
ideologías de actualidad –degenerativas moralmente- a las cuales estamos en
peligro de ceder y aceptar como si fueran establecidas por Dios pero que a la
luz de las Escrituras no lo son. Fácilmente se nos olvida el consejo juanino
(es decir, el consejo del apóstol Juan) quien indicó “no améis al mundo, ni las cosas
que están en el mundo” (1Juan 2:10).
Ahora, volviendo de nuevo al
relato que nos ocupa, la Biblia nos señala que Dios “se arrepintió.” Este
arrepentimiento no corresponde en ninguna manera, como imaginan algunos, al del
hombre que ha cometido pecado sino a la determinación por parte de Dios de
terminar con la existencia humana. Con todo, y a pesar de que Dios ya lo había
decidido, dice el texto que “Noé halló gracia” ante los ojos de Jehová (6:8).
Más aún, Dios le dijo: “estableceré mi pacto contigo” (6:18)
¿Qué clase de hombre era este
que entró en un pacto iniciado por Dios mismo? El texto de la Escritura nos
dice que era otro hombre de esos que aprenden a caminar de la mano de Dios
(6:9) Noé; varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó
Noé. Y además nos dice el
testimonio, que luego que recibiera instrucciones de lo que debía hacer, lo
hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó (6:22).
Debemos imitar su ejemplo y del
mismo modo caminar con Dios (como lo hicieron Noé y los santos de la antigüedad)
y exaltar al Creador quien es el único
digno de ser adorado. A él debemos nuestra vida y obediencia. Tal vez así Dios
desee hacer un pacto con nosotros; y ojalá que fuésemos hallados justos en
medio de esta perversa generación. Pero para esto necesitamos querer caminar de
la mano del Señor, hacer lo que nos manda y ser justos y perfectos ¡Ay la
perfección de vida! ¡Ay ser justos! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Características que pasaron
de moda; pues hombres y mujeres del temple de un Enoc, de un Noé, de un Job, de
una María, de una Ana pertenecieron, según algunos, a otros tiempos y otras
épocas en que no había tanta maldad como ahora. Según dicen, tiempos en los que
no había “gracia de Dios” tan solo la
ley y épocas en que Dios se mostraba por momentos implacable. Estos ignoran que
tanto los antiguos, como los santos del Nuevo Pacto, esperaron en las
misericordias de Dios; y que a pesar de su naturaleza buscaron agradar a Aquel
que podía ser propicio a sus vidas; y que la gracia que necesitaron fue
dispuesta para todos ellos mediante Jesucristo, (Dios mismo) quien es el mejor
Pacto de Gracia para todos los que aman a Dios, guardan sus mandamientos y
caminan el mismo sendero de justicia como Enoc, como Noé y todos los otros santos de la Biblia.
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