PREPARATIVOS DE IMPACTO
Cuando leemos el capítulo 24 del evangelio de San Mateo encontramos un
pasaje muy amplio en el que Jesucristo habla sobre lo que estará aconteciendo
antes de su segunda venida.
Por lo general, en la lectura de este pasaje casi siempre
se consideran los asuntos que más impactan al oído y que a nuestro parecer tienen
mayor relevancia con la actualidad de nuestros días. Las guerras, los
terremotos, la falta de amor entre las personas, las
persecuciones, la angustia de las gentes y las tribulaciones, ocupan nuestra mente
y parece que eso es todo lo que nos corresponde tener en cuenta. Sin embargo,
cuando los discípulos preguntaron acerca de las señales o acontecimientos que
debieran estar tomando lugar, antes de su segunda venida, el Señor no se limitó a estos grandes eventos,
sino que extendió su respuesta hasta lo que hoy conocemos como el capítulo 25 del evangelio. Y además de
los eventos ya mencionados, también advirtió de otros
indicadores que son igualmente
importantes, y que tienen una relación más estrecha con nuestra conducta
que con los eventos externos.
Así pues, vamos a ver cuáles son esos indicadores
alternos o parámetros, que nos competen como personas que esperamos el retorno
de nuestro Señor Jesucristo, y que son muy relevantes a nuestro comportamiento.
Uno es que
aprendamos a observar los tiempos (Cáp. 24:32-33). Lo que está teniendo
lugar en nuestra sociedad global indica que el tren de vida no es el mismo de
hace siete o diez años. Los acontecimientos actuales son semejantes a lo dicho
por el profeta Daniel “y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces. Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia
aumentará.” ¿Notamos que casi todo tiene que estar actualizándose? ¡Hasta la
ciencia misma! Y no solo esto, sino que el Hombre de Pecado, el Hijo de
Perdición ya se ha manifestado. ¿No observamos que, para una gran mayoría, Dios
no es más que un sirviente del hombre?
Así pues, “cuando veamos que estas cosas suceden, la venida del
Señor está a las puertas”.
Un segundo indicador para tener
presente es entender que el retorno de
Cristo, aunque inminente, no tiene fecha en el calendario de las naciones. Que ¿Hay que estar preparados? ¡Sin duda alguna!
porque nadie sabe el día, ni la hora en que ha de venir el Hijo del
Hombre 24:36, 42, 44, 50; 25:13,19 Ahora, ¿Cómo nos estamos preparando para el
día del Señor? Es más, ¿Quién está preparado para morir antes de tan gran
evento? Y más todavía, ¿Nos estamos preparando para el día del Juicio? Si no
sabe qué hacer, le sugiero que se convierta a Dios por medio de Jesucristo. No
existe otro camino, ni otro mediador entre Dios y los hombres. Y comience a
estudiar su Biblia. En este blog podemos orientarle.
Otro indicador vital es el servicio fiel a Dios por parte de quienes le esperan. Notemos
quiénes son los bienaventurados. Dice: bienaventurados son los siervos
fieles a quienes su señor
encuentre haciendo lo que se les ha encomendado. 24:45; 25:4, 20, 23 Pregunto:
¿Estamos haciendo la voluntad de Dios expresada en su palabra y en su
evangelio?
El indicador siguiente es uno que puede no ser del agrado
de muchos ya que el Hijo del Hombre vendrá para juzgar a las naciones y
para recompensar a cada uno según sea su obra. 25:31-46 ¿Qué estamos haciendo
con nuestras vidas? ¿Pensamos que en el juicio de Dios podemos argumentar y
justificar todas nuestras maldades? El mundo de hoy justifica cualquier acto en
nombre de los derechos de las personas. Justifica las uniones libres, los
matrimonios entre personas del mismo sexo, las diversiones, la sed por el poder
sobre los demás, el terrorismo, la violencia y otras detracciones. ¿Pensamos
que Dios no va a juzgar todas estas cosas, y que se va a quedar callado? Mucho
se equivoca quien así piensa. Dios juzgará a todos conforme hayan sido sus
obras. Ninguno escapará del juicio de Dios.
Finalmente, al llegar al pináculo del pasaje en cuestión,
Jesús el Señor nos hace ver que el
amor al prójimo es de interés a los ojos del Creador. 25:34-40.
¿Observamos que el amor al prójimo ha sido reducido y rebajado a lo sensual, y
que el amor se confunde con los celos enfermizos? En otros casos, el maltrato
físico es confundido con la valentía y la agresividad con la autosuficiencia.
Con tantos conceptos torcidos ¿Cómo aprender a amar al prójimo como a uno
mismo? Por último, ¿Cómo decir que se ama al prójimo cometiendo actos
criminales que atentan contra la integridad y la confianza de las personas? ¡La
violencia y el engaño han llegado al colmo!
El pasaje entero parece indicar que, además que los
acontecimientos de actualidad (los cuales no debemos ignorar), nuestra
atención debe, de igual modo, enfocarse a lo que estamos haciendo con nuestras
vidas en estrecha relación con nuestro prójimo. Y ¿Quién es mi prójimo? Para algunos su prójimo
puede ser su esposo(a), sus propios hijos, o sus padres, o un familiar, o un
amigo, o acaso algún desconocido que teme que le hagamos mal. Cuando Dios le preguntó a
Caín por su hermano Abel, la respuesta del homicida fue: “No sé. ¿Acaso soy yo
guarda de mi hermano?
Finalmente, para reflexionar sobre el tema, ¿Es posible estar
al día con la actualidad de las noticias, y no hacer daño a nuestro semejante?
Ciertamente, los preparativos que recomienda el Señor Jesucristo ¡son
verdaderamente de impacto!
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