YO TAMBIÉN ME SALGO DEL CLOSET


¿Y POR QUÉ OCULTARLO?

Famosos como Ricky Martin, Ellen Degeneres, Jodie Foster, han salido del closet dejándole saber al mundo lo que realmente son. De la misma manera lo han hecho personajes de la política y expertos de la cibernética alrededor del mundo. Se han pronunciado públicamente con gran orgullo lanzando un mensaje, al parecer, propio de la era más globalizada que jamás se halla visto en el planeta. Es como un llamado a la libertad y a la realización del ser humano sobre la cúspide de su humanidad. Su salida “del closet” ha sido divulgada en las redes sociales, y muchos han seguido su camino. Además, ellos emergen como precursores de la libre expresión y la igualdad sin discriminaciones.

          En Novaexegesis.com siempre hemos dedicado este espacio para comentar y presentar temas bíblicos desde un punto de vista ceñido al texto sagrado. Pero hoy, hablaré de una manera muy personal (en primera persona), con la firme decisión de declarar quién realmente soy. Muchos se sentirán agredidos y ofendidos. Otros, no se sorprenderán, pues lo sabían de antemano. Y otros, van a tener que aceptarlo. He decidido expresar con total libertad lo que creo y lo que soy. Sin reparos y sin medida. ¡Yo también me salgo del closet! Y declaro lo que también creo con gran firmeza y sin titubeos. He aquí, algunas de mis proposiciones.

Creo que Dios hizo al hombre (varón y hembra). Y yo nací hombre. De niño no recuerdo haber estado desorientado en cuanto al sexo con el cual nací. Durante mi edad de adolescente jamás sentí inclinaciones afeminadas; como adulto no me pervertí, y como hombre, me siento altamente orgulloso de formar un hogar unido a una mujer. Amo a mi esposa y a mis hijos. Y por la gracia de Dios mi hogar no tiene fisuras. Y ni mi esposa, ni mis hijos tienen que llevarse una desgraciada sorpresa.

Creo que la mujer no es más inteligente que el hombre, ni el hombre más que la mujer; y que es una total idiotez calificar la capacidad intelectual del ser humano por su sexo. Creo en la santidad del matrimonio. Y Creo que el hombre debe ser un sacerdote en su hogar y nunca un déspota con su mujer. Debe ser ejemplo de buenas obras para sus hijos; y no debe desear la mujer de su prójimo. Igualmente, la mujer no debe desear otro hombre más que su legítimo esposo.

Creo que el machismo del hombre no es más que el disfraz de su cobardía. Pues una vez desarmado se rinde ante su rival. El feminismo es el mismo caso y la misma cobardía, pero con cara de mujer.

Creo que la filosofía de la tolerancia, la diversidad, y la unidad, es falsa y satánica.  Es anti bíblica, pues su concepto promueve la inclusión de toda diversidad de doctrina, pensamiento, y conducta sin discernimiento de la verdad. La Biblia habla de un solo Dios, un solo Señor, una sola regla de fe, una sola palabra (la palabra de Dios), un solo Redentor, y una sola voluntad. “Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”

Creo que, si por causa de Adán fuimos hechos pecadores, ahora en Cristo el hombre puede regenerarse para llegar a ser justo, perfecto y recto en todos sus caminos. Creo que debemos diferenciar entre habitar en la carne, y vivir conforme a los deseos de la carne. Son dos cosas muy distintas y no significan lo mismo.

Creo que, si la fe realmente moviera montañas, tiempo ha que se hubieran hundido en lo profundo del mar, toda conducta criminal, todas las aberraciones, todas las perversiones, y todas las detracciones que comete el hombre. La única y verdadera fe que mueve montañas, es la fe del hombre, que arrepentido, viene a los pies de Cristo, y entonces puede ver cómo se derrumba la multitud de sus pecados a medida que los va abandonando.

Creo que solo hay un Salvador, Jesucristo. Y que no hay otro nombre que debamos invocar para acercarnos a Dios. Creo que cada cual es libre de invocar a quien quiera, pero bíblicamente, no hay otro nombre, bajo el cielo, dado a los hombres en el cual podamos ser salvos.

Creo que el futuro de una nación no yace en las nuevas generaciones, sino en el ejemplo de las generaciones anteriores. Padres corruptos, engendran generaciones corruptas. Padres justos, general una mejor esperanza.

Fui de mucho tiempo atrás, un pecador. Pero he tenido el gran privilegio de conocer a Jesucristo, y mediante su gracia he invocado su nombre para la salvación de mi alma. He leído su palabra. No una, sino innumerables veces; y al leer su palabra (La Biblia), he percibido la grandeza de su testimonio, la majestuosidad de su persona, lo inmenso de su misericordia.

Creo que Dios envió a su Hijo para salvar al mundo. Precisamente, porque el mundo está perdido, porque está bajo el dominio del maligno, y seguirá perdido, a menos que en arrepentimiento se vuelva a Dios y se aleje de su pecado.

Creo que Jesucristo se entregó a sí mismo por mí. Amo su nombre. Siento un gran orgullo al saber que hay alguien que tuvo misericordia de mi vida, que se acuerda de mí, que me hace partícipe de su naturaleza divina, que es verdadero, que es Dios todopoderoso, que es eterno, omnisciente, y, aun así, en su voluntad ha abierto su palabra escrita ante mis ojos, para que conozca su voluntad, sus caminos, sus juicios, sus estatutos, su ley, su carácter, su gloria, su majestad, su santidad, todo lo que él es. ¿Cómo desperdiciar la vida que él me ofrece? Él es la más excelente de las opciones, por no decir, que es la única y excelente opción para hallar el perdón y la salvación. No hay otro superior a Jesucristo. Todos los demás no fueron más que simples hombres, y miserables pecadores, con la misma necesidad que tenemos todos de ser salvos de la ira de Dios. Jesucristo es mi orgullo, mi bandera, mi escudo, mi espada, mi vestidura, mi justicia, mi salvación, mi Señor, mi Dios, mi Creador, mi Salvador, mi sanador, mi Juez, mi gobernador, su voluntad es mi deseo, su reino es mi gozo, su presencia es mi paz, su palabra es mi luz, su justicia es mi salvación, su ley es mi delicia, su doctrina la más alta, sus razonamientos los más lógicos, su lógica la más razonable y sensata, su ciencia infinita, conoce las intenciones del corazón, de nadie recibió consejo, su voluntad no se puede resistir, la creación le obedece. ¿Quién como mi Dios? Es mi roca, mi descanso, mi alegría, mi sosiego, mi esperanza.

No me pida que calle dejando de escribir lo que siento. Siempre exaltaré su nombre. Si otros reclaman el derecho a expresar lo que sienten y lo que son, yo no quiero enmudecer, ni permanecer callado. Yo también quiero anunciar públicamente, lo que siento, para que sepan todos lo que llena mi vida. Aunque debo ser honesto. Todavía hay muchas cosas que tengo por decir, y que a través de los escritos daré a conocer.
           

Comentarios

Excelente y necesaria declaración en una época en que quienes viven en el pecado reclaman derechos para la libre expresión y censuran a quienes hablamos la Palabra de Dios.

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