EL MÁS INTELIGENTE DE LOS DOS
tanto el uno como el
otro fueron creados en igualdad de condiciones.
Argumentar por la superioridad de
inteligencia del hombre sobre la mujer, o viceversa, es enfrascarse en un debate
inútil. Comúnmente no llevamos estadísticas ni hacemos investigaciones, a menos
que nuestra profesión nos lo exija, y sin embargo poco a poco conceptuamos las
cosas a medida que prestamos atención a las diferentes corrientes de
pensamiento. Cada una de ellas deja sus semillas en el campo del entendimiento
y aquellas a las que les permitimos germinar determinan la dirección de nuestra
conducta y profesión.
Pero ¿Podemos sostener con firmeza que la
inteligencia del ser humano se fundamenta en su género? Quiero decir inicialmente
que cuando niño nunca puse en tela de juicio si mi padre era más inteligente que mi madre, o si acaso lo era ella. Y
después con el tiempo, siendo ya adulto, aprendí un testimonio que es sencillo
y determinante pero que le dio luz a mi entendimiento. Aprendí
que Dios creó al
hombre a su imagen y semejanza; “varón y hembra los
creó.” Es
decir, que tanto el uno como el otro fueron creados en igualdad de condiciones.
Dos géneros (masculino y femenino)
fueron formados para representar una misma, sola y única raza. Este testimonio
es sensato, me parece loable, justo y correcto. Porque no provee favoritismos
sino que los coloca a los dos en un solo nivel. Y observo: que si la mujer no
es inteligente como el hombre, luego el hombre no puede serlo al ser nacido de
un ser inferior a él.
El
afán de superioridad, entre los dos géneros de una misma raza, me parece injustificable.
Es decir, aparte de injustificable, pienso que es generado por simple egoísmo
como consecuencia de la condición falible del ser humano por su pecado. Pero
pienso que el hombre tiene mucha responsabilidad en el asunto; y hay que
reconocer que la mujer ha sido objeto de improperios y discriminaciones desde
tiempos inmemorables. Con todo, muchas de ellas también han sido protagonistas
de la historia; y en la actualidad se distinguen en el campo laboral al igual
que los hombres; y en ocasiones superándolos. Pero ¿Pensar que son menos que
los varones? O llegar a creer que ellas son ¿Más que los hombres? O ¿Son rivales? Como exclamó el sajón cuando escuchó locuras: ¡Nonsense! Antes bies, la mujer es la ayuda
idónea del hombre y su complemento. La mujer no es sin el varón, ni el
varón sin la mujer. A los dos los ha formado Dios, y de nuevo, ambos
representan la imagen de Dios y su semejanza. A ambos les ha sido dada la
capacidad de raciocinio.
Como dijera Quintiliano: “el razonamiento
le es tan natural al hombre, (entiéndase raza humana) como el volar le es
natural a las aves, y la ferocidad a las bestias. Nuestras mentes están dotadas
por la naturaleza con tal actividad y sagacidad, que se cree que el alma
procede del cielo.” (Libro Primero de Instituciones Oratorias).
Por
ello. cuando de honrar se trata, el indicativo declara que hay que honrar “a
padre y madre;” y cuando corresponde escuchar, el mandamiento establece de
la siguiente manera: Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no
desprecies la lección de tu madre (Proverbios 1:8). Simple y sencillo: Dios
creó al hombre a su imagen y semejanza; “varón y
hembra los creó.”
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