!HABRASE VISTO SEMEJANTE!
¿Que un cuadrúpedo me sirva de ejemplo?
Cuando leí por primera vez que el buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su señor (Profeta Isaías 1:3), obtuve una imagen somera del asunto y solo pude visualizar dos animales buscando comida.
En ese entonces continuando con mi lectura, entendí que la intención del profeta - utilizando
el cuadro de los dos cuadrúpedos, daba a entender que ellos (el buey y el asno) gozaban de una mejor percepción acerca de sus amos, que la que el pueblo de
Israel tenía acerca de Dios.
Quien
tenga una mascota y haya desarrollado una relación afectuosa con su
animal, habrá observado que con el tiempo esta relación llega a ser más estrecha y comunicativa de manera que amo y animal se
comprenden. La dependencia del animal y el cuidado que recibe se convierten en
una actividad diaria; ya que el animal no tiene la capacidad de preparar
su propio alimento y también ha tenido que aprender a mantener un
horario para sus necesidades digestivas.
En fin, el animal conoce bien quién le atiende, y quién le consiente. Por ende, a veces con un acercamiento afectuoso de agradecimiento, expresa sus sentimientos buscando a su amo hasta encontrarlo, o esperando que regrese.
Me
parece que el cuadro del buey y el asno es una lección que golpea cualquier
conciencia; sobre todo cuando un par de animales son los que nos ofrecen como ejemplo. ¿Habrase visto? ¿Que un cuadrúpedo me sirva de ejemplo? A decir
verdad, hay que aceptar el hecho de que los animales (seres irracionales)
muestran mejor comportamiento que aquellos creados a la imagen de Dios. No
conocen de deshonestidad ni de las demás faltas que cometemos.
¡Ay del hombre! Circula en el espacio y aun no conoce el lugar de su habitación; aspira a la grandeza y se hace más vil con sus maldades. Dice conocer a Dios y vive alejado de su presencia; proclama justicia y acepta el prevaricato, el cohecho y el soborno. Pretende gobernar y se adueña de todo. ¡Ay del hombre! Dice amar la ciencia, mas ignora la verdad.
El buey conoce a su dueño y
el asno el pesebre de su señor, mas el hombre no logra entender que Dios es
paciente para con todos; no queriendo que ninguno perezca sino que todos
precedamos al arrepentimiento. ¿Cuándo aprenderemos a besar la mano que nos
alimenta? Bendito Dios por su misericordia.
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