EL BUEN USO DE LA PALABRA
no es saber hablar lo que lo diferencia, sino su capacidad de razonar. Con gran certeza el proverbista escribió: ¡La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas, en los principales lugares de reunión! ¡En la entrada de las puertas de la ciudad dice sus razones! ¿No clama la sabiduría y da su voz la inteligencia? ¡Oíd, porque hablaré cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas! ¡Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios! (Proverbios de Salomón). La declaración anterior da a entender dos cosas; una, que quien quiera puede hallar la sabiduría. Y dos, que quien la busca y la halla, también adquiere sus excelencias. El buen uso de la palabra, la invención de la escritura, y los signos del lenguaje, empleándolos correctamente deben obrar para nuestro beneficio. Mas no es simplemente el saber hablar, o el escribir, o usar una sintaxis apropiada lo que nos hace bien. Sino q...