SU RASTRO ME ES OCULTO

Instruir a una persona en el evangelio es una lucha ideológica, doctrinal, y teológica. Sobre todo por los cambios que han de realizarse en la vida de quien, siendo instruido en el evangelio, desea hacer la voluntad de Dios. Por otro lado, el que instruye se enfrenta a la ideología del mundo, sus conceptos y sus tendencias. Y es difícil renovar una mente que ha sido moldeada por las experiencias vividas durante tantos años en un mundo de apariencia amigable, sin embargo, implacable con sus súbditos. Las palabras “ mi reino no es de este mundo” marcan una diferencia abismal. Y la advertencia “ el que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” señala que quien quiere seguir a Jesús debe estar seguro de poner la mano sobre el arado y no mirar atrás. Es una vida opuesta al mundo. Reconociendo estas condiciones dec...