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Mostrando las entradas de septiembre, 2017

DIOS EN MEDIO DEL DOLOR Y EL DESASTRE

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diga usted a qui é n debemos culpar Cuando llega el momento del dolor y del desastre a nuestras vidas, es común entre algunas personas reaccionar con cuestionamientos acerca de la intervención divina. ¿Dónde est á Dios? ¿Por qu é Dios permite que estas cosas sucedan? ¿No tiene poder para evitar los desastres? Preguntas similares, y algunas que buscan esparcir un espíritu ateísta, abundan y pretenden permear la sencillez de otros que de buena manera aceptan la existencia de un Dios justo, bueno, misericordioso, que castiga el pecado, ama la santidad, y la justicia; pero al mismo tiempo tienen conciencia de que si é l no interviene, milagrosamente, no por eso dejan de creer en é l y no por eso dejan de obedecer sus mandamientos.            Cuestionar la no intervención de Dios, en los eventos naturales, o en las circunstancias en que se desarrolla el drama humano, carece de buen juicio y es una falta de discernimiento. De ...

CUIDANDO ALGUNOS Y DESCUIDANDO OTROS

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su contenido tampoco carece de la calidad literaria que los distingue de los demás; y sus declaraciones no son de menor importancia al compararlos con otros textos bíblicos Del libro de los salmos Podemos seleccionar algunos que, por su contenido, son m á s apreciados que otros. En estos salmos, las declaraciones de confianza en Dios, las promesas de su protección, su gracia y su misericordia que, son exaltadas como sus m á s grandes atributos, y su poder, abundan constantemente y llenan de esperanza nuestros corazones sobre todo en tiempos de dificultad.           Aunque siendo cierta la afirmación de lo dicho anteriormente, no podemos ignorar que existen otros salmos cuyo contenido no nos es familiar. Y aunque tampoco pertenecen a nuestra lista de salmos predilectos, sin embargo, no son menos inspirados y su contenido tampoco carece de la calidad literaria que los distingue de los demás; y sus declaracion...

ORGULLOSO DE LA LEY

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“en tu ley me he regocijado,” ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? Es una pregunta simple, sencilla, pero muy elocuente y retórica para llamar la atención del lector.             El escritor del Salmo 119 refiriéndose a la palabra de Dios se expresó con las siguientes palabras: “en tu ley me he regocijado,” “mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata,” “bueno eres tú y bienhechor,” y me embarga pensar si acaso exista alguien, en algún lugar, que posea en su corazón, y que viva la vida con una convicción similar acerca de Dios y sus mandamientos. Pudiera darse el caso de que en alguna congregación se llame a la reflexión y al examen de conciencia teniendo como base las Sagradas Escrituras. Pero, que se dé el mismo resultado y que se llegue a tener la misma persuasión y conclusión que tuvo el escritor bíblico, en un mun...