NO TOQUÉIS A MIS UNGIDOS
NI HAG Á IS MAL A MIS PROFETAS Hace poco volví a escuchar en los medios sociales la amonestación de no hacer daño, ni de intentar mal contra alguno que sea líder de una congregación, no sea que sufra el castigo de Dios. Tal advertencia nace en 1 crónicas 16:22 y ha sido utilizada por algunos predicadores con el simple fin de hacerse sentir intocables. Claman que Dios es su protector y……. ¡cuidado! Ni una palabra contra el siervo del Señor porque le puede ir muy mal. El mandamiento de la Escritura no est á destinado para guardar a quien, diciendo ser ministro de Dios, incurre en pecado. Además, se haya en un contexto totalmente diferente al que le quieren dar estos falsos predicadores, cuyas vidas nos hacen dudar de su honestidad familiar y social. ...