APOSTANDO A PERDER

 


Todos sabemos que nadie apuesta sabiendo que va a perder; pero cuando las posibilidades de ganar son altas, no se deja pasar la oportunidad.

Aunque existen diferentes clases de apuestas, pregunto: ¿Alguien apostaría por nosotros? No sabemos. A lo mejor sí, pero hay que ver el resultado. Aun las grandes figuras pierden en algún momento y quienes vitorean por ellos(as) sufren decepción.

          En una ocasión el diablo tendió un manto de duda sobre un hombre llamado Job. Sostuvo que éste lanzaría maldiciones contra su Creador una vez que se viera en dificultades y renegaría de su Hacedor. En aquel momento Dios interpuso testimonio a su favor diciendo que Job era un varón perfecto, recto, temeroso de Dios, y apartado del mal. Cosa que el diablo aprovechó para pedir que se le permitiera atribularlo a fin de corroborar sus argumentos y así evidenciar lo falso del carácter de Job. petición que le fue otorgada y para lograr su objetivo, afligió a Job con una sarna infecciosa sobre su cuerpo, con una gran destrucción, y añadió a esto la muerte de sus hijos.

          ¿Qué hubiésemos hecho nosotros en tales circunstancias? ¡No sé! Ni quiero imaginar que en un momento de crisis quede al descubierto que mi confianza en Dios solo es una idea o una ilusión en mi mente, y no un hecho fundamentado en su palabra escrita. Si confieso creer en Dios, debe ser que poseo argumentos bíblicos bien fundamentados y no una teología popular o de consumo.

          ¿Apostaría Dios por nosotros como lo hizo por Job? El diablo daba por hecho que el hombre derrumbaría por el piso todo el testimonio que Dios daba de él. Sin embargo, el resultado fue como Dios lo esperaba. Dijo Job en medio de su dolor: “Sea el nombre de Jehová bendito para siempre.” Y testifica la sagrada escritura que “Job no atribuyó a Dios despropósito alguno.”

          Su carácter nos hace recordar el antiguo mandamiento de no tomar el nombre del Señor en vano. Mandamiento que a veces cuesta trabajo entender debido a que el hombre lo utiliza ocasionalmente para maldecir contra las circunstancias de su vida, y otras veces para contar historias que hagan reír a sus amigos.

          Job exaltó el nombre del Señor. Nos ha dejado una gran lección y un ejemplo digno de ser imitado por todos los que esperamos en el Creador. Y aparte de que si Dios apostaría por nosotros, me cuestiono ¿Qué piensa él de cada uno en particular, aparte de lo que decimos ser?

          Ruego al Señor que me ayude a permanecer de pie ante su presencia para que, cuando regrese, sea tenido por digno de entrar en su reino y no tenga que alejarme avergonzado.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

NADIE HA HABLADO COMO ESTE HOMBRE

LA MÁS PEQUEÑA DE LAS SEMILLAS

MEJOR QUE SE LES ATE UNA PIEDRA AL CUELLO