CREYENDO QUE TODO IBA BIEN


y que jamás se iba a hundir

Imagínese navegando en altamar, a medianoche, y hundiéndose en las aguas heladas. Debe producir miedo aun cuando nos canten serenatas. Y qué tal que la serenata en medio de la tragedia sea aquella cuyo estribillo dice “todo acontece para bien.”   

          Pienso que antes de viajar debemos verificar la seguridad de la nave, y prever que vamos a llegar a puerto seguro. ¿No le parece? Porque una vez que nos ahoguemos es muy improbable que “todo haya acontecido para bien.”

          Iniciado el viaje, no podemos tomar riesgos inútiles. Me refiero a las imprudencias que se cometen en pro de llegar antes de tiempo, o de empacar todo lo que hay porque todavía hay espacio, y a todas las pequeñeces que a largo plazo causan tragedia. La verdad, a veces nos enceguecemos por idioteces que malogran hasta las buenas intenciones. Mejor llegar seguro que llegar nunca.

          La historia del Titánico es un ejemplo ilustrativo. El más fatal de los errores que produjo su hundimiento, fue creer que jamás se iba a hundir. Así mismo, la tecnología que hoy nos ayuda en gran manera, también nos ofrece una falsa seguridad; y la tendencia a no monitorear nuestras vidas se acentúa más. Como consecuencia, dejamos de corregir imperfecciones en nuestras vidas.

          Precisamente, lo anterior nos hace recordar las palabras “haz dejado tu primer amor, tienes nombre de que vives y he aquí, estás muerto. Piensas que eres rico y no sabes que eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo; que ni eres frio ni caliente.” ¡Imagínese! Usted, o yo, repitiendo que tenía fe de que todo acontecía para bien y que el día del juicio le digan a uno que “está muerto.” Es preocupante.

          Pensemos bien, antes de dogmatizar, y mejor analicemos cuáles son los hechos reales y las verdades innegables que acontecen para bien de los que aman a Dios.

          Porque, dígame usted, cómo y en qué beneficia una violación, un aborto, un homicidio, un acto vandálico, una aberración sexual, una reversión de los valores morales, ¿En qué? ¡Dígame! Presente una apología sistemática que corrobore cuándo la mala conducta y el engaño ofrecen beneficio alguno. Si insiste aun, afirmando que “todo acontece para bien” muestre los resultados antes de declarar que así fue. Es necesaria una evaluación para no atribuir a Dios cosas que no forman parte de la integridad de su ser, y para no culpar al diablo porque hemos dejado de hacer aquello que es nuestra responsabilidad personal.   

 


 

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