TREMENDO DILEMA
INDECISIÓN
Joven fui y he
envejecido. No he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan. Estas son
las palabras del salmista que expresan una profunda observación, y meditación acerca del diario vivir, y nos lleva a pensar que, efectivamente, que así es. Que el justo nunca ha sido desamparado y su descendencia no ha tenido que mendigar.
Pero, el capítulo 11 del libro a los
Hebreos ofrece un espacio muy singular en el que la suerte del justo es
otra y choca con lo que hemos podido leer en el Salmo.
Cualquiera dirá que es una
contradicción más de la Biblia, y los amantes de la prosperidad no querrán predicar
sobre ello porque se les daña la mercadería y el negocio de ser prosperados. Pero el mundo actual pronostica
una gran persecución (no es necesario ser profeta) contra todo el que confiesa ser
cristiano. Porque para el tiempo del fin la Biblia advierte que ha de descender a vosotros con gran ira, porque sabe
que tiene poco tiempo.
Uno puede ser muy amante del texto
que dice: “deseo que seas prosperado en todas las cosas” y al mismo
tiempo poco o nada atraído, por las palabras “en el mundo tendréis aflicción.”
Son dos polos opuestos; y aquí tenemos un gran dilema: ¿Aceptamos el evangelio
completo? O ¿Solo nos adherimos a lo que nos gusta de él? Nos ayude Dios y pueda ser que seamos capaces
de recibir toda la verdad de las Escrituras y no solo aquello que conviene o nos cae bien.
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