LA HERMOSURA DEL HOMBRE
Un don para cultivar ¡Sin rodeos! Bien sea atractiva la mujer o atractivo el hombre, cuando su moral adquiere un calificativo animal (como llamar cerdo a un hombre, o zorra a una mujer), su belleza externa no compensa su malignidad, y esto vuelve al ser humano en algo repulsivo. Por ello, estarán de acuerdo en que la única hermosura interna de la que disfruta el hombre es la imagen de Dios en él, otorgada por gracia, y que puede malograrse no por impotencia divina, mas por obstinación humana cuando el hombre se predispone a la maldad y rechaza la oferta de su Creador: “si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca” (Jeremías 15:19). Algo así como ¡Si cultivas lo bueno que hay en ti y haces a un lado tu perversidad, tu vida será mejor! El corazón del hombre y la mujer están inclinados al mal y la condición de pecador es la misma para los dos. Ambos han quedado expuestos a merced de un mundo que mediante estímulos exter...