NO TENGO UN CARAJO
Aunque el dinero no lo compra todo, si lo poseyéramos en grandes cantidades ¡Cuánto pudiéramos hacer con él! Esto escuchamos y pensamos a menudo pero solo basta tenerlo para ver qué haríamos y lo que sucedería después. La vida nos enseña que todas nuestras posesiones necesitan cuidado y buena administración. Todo lo que tenemos, el hogar, el trabajo, el auto, el perro, las plantas, y hasta el piso de la cocina están sujetos a nuestro buen cuidado y mantenimiento. Ahora, si no somos capaces de atender bien lo temporal y lo que nos pertenece, ¿Quién nos confiará lo eterno? Recuerdo la parábola del hombre que yéndose lejos llamó a sus siervos y les entregó sus bienes, a cada uno conforme a su facultad, (a uno le dio cinco talentos, al otro dos, y a otro un solo talento). Y después de mucho tiempo regresó para hacer cuentas con ellos. ...